Fui juntando mis cosas y escribiendo despedidas
cuando el dolor ya no duela, podrás leerlas
Vine a este mundo por un propósito y creo lo cumplí
No le debo nada a nadie y nadie me lo debe a mi
Yo decido partir, nadie me lo puede prohibir
No me estoy rindiendo, jamás me rendí
No me arrepiento de nada, hice lo que pude y más.
Nadie me regaló nada, jamás dejé de pelear.
Cuando el niño nazca, partiré
sin miedo a lo incierto, como siempre peleare
Ya no llores por mi, déjame partir
Mi legado son ustedes que son parte de mi
No estaré en el universo, no volaré por las estrellascuando me necesites, siempre estar ahíEl dolor es pasajero, ya te acostumbrarasCuando seas padre, me entenderás
Yo decido partir, nadie me lo puede prohibir
No me estoy rindiendo, jamás me rendí
No me arrepiento de nada, hice lo que pude y más.
Nadie me regaló nada, jamás dejé de pelear.
Explicación:
Esta letra es conmovedora y profunda, habla sobre el proceso de aceptación y despedida de una persona que ha decidido dejar de luchar contra una enfermedad y entregarse al tiempo que le queda de vida. A través de sus palabras, expresa su determinación y el amor por sus hijos.
En la primera parte de la canción, la persona describe cómo ha estado preparando su partida, escribiendo cartas de despedida y organizando sus pertenencias. Esta acción simboliza su aceptación de su propia mortalidad y su disposición a enfrentarla de frente.
La letra destaca que la persona siente que ha cumplido su propósito en la vida al criar a sus hijos y prepararlos para un futuro sin ella. Afirma que no tiene deudas pendientes con nadie y que está tomando la decisión de partir por su propia voluntad, no porque se sienta derrotada, sino porque cree que es el momento adecuado.
La canción transmite un mensaje de valentía y resignación ante lo inevitable, pero también de amor incondicional por sus hijos. La persona les pide que no lloren por su partida y que entiendan que su legado está en ellos, en la forma en que han sido criados y en el amor que han compartido.
La letra también ofrece consuelo al expresar la idea de que, aunque físicamente ya no estará presente, seguirá siendo una presencia en sus vidas de alguna manera. Les asegura que siempre estará ahí cuando la necesiten y que el dolor de su ausencia eventualmente se convertirá en una parte aceptada de sus vidas.