Mi camino no es uno solo, mi camino lo hago yo.
Yo formo parte del entorno, no estoy por fuera del mundo.
Yo camino bajo estos barrios que me matan sin rencor.
En esa esquina yo ya he muerto y he desangrado este dolor.
Y la verdad no es una sola, y lo que busco, ahí no está.
La verdad es un espejismo que siempre tiende a girar.
Y cuando busco que el viento solo me empuje
yo me dejo llevar, solo me dejo llevar.
Explicación:
Esta canción refleja mi perspectiva sobre la vida y el viaje personal. Al afirmar que «mi camino no es uno solo, mi camino lo hago yo», estoy destacando la idea de que cada uno de nosotros tiene el poder de dar forma a nuestro destino. Quiero transmitir la importancia de la individualidad y la capacidad de tomar decisiones que influyan en nuestra trayectoria.
Al mencionar que formo parte del entorno y no estoy «por fuera del mundo», estoy resaltando mi conexión con todo lo que me rodea. Quiero transmitir la idea de que somos parte integrante de nuestro entorno y que nuestras experiencias están intrínsecamente vinculadas al mundo que habitamos.
La descripción de caminar bajo barrios hostiles y haber muerto en una esquina simboliza las luchas y el sufrimiento que todos enfrentamos en algún momento de nuestras vidas. Es una representación poética de la vulnerabilidad humana y las cicatrices que llevamos con nosotros.
La noción de que «la verdad no es una sola» refleja mi percepción de la complejidad del mundo. La verdad es presentada como un espejismo que siempre cambia, sugiriendo que la comprensión de la realidad es fluida y sujeta a interpretaciones variadas.
La última estrofa, donde menciono dejarme llevar por el viento, es una metáfora de la aceptación y la fluidez en la vida. Es una expresión de rendición consciente ante las fuerzas que escapan a mi control, un recordatorio de que a veces es liberador dejarse llevar por el flujo natural de la existencia.
