Anoche vi el documental Nasha Natasha de Natalia Oreiro. Lo arranque a ver sin saber en realidad de que trataba, yo estaba por mirar otra cosa desde el celular pero cuando supe que se trataba de Natalia decidí verlo.
Es un documental muy bueno, no solo porque muestra los orígenes de Natalia y como la peleo para llegar a lograr sus sueños, también desmitifica mucho una imagen dura que se tiene del pueblo ruso.
Hay varias etapas en el documental y en todas te quedas con ganas de ver y saber más. Su vida en los inicios cuando vivía en el cerro, cuando se fue a vivir a Buenos Aires, el éxito posterior, su vida privada con Ricardo y Atah y por supuesto ese maravilloso magnetismo que genera en Rusia.

Su vida en Uruguay
Cuando el documental nos relata cómo fue su vida en el Cerro de Montevideo, nos muestra una familia normal montevideana, luchadora, humilde, trabajadora y de fuertes lazos familiares. También ya nos muestra cómo la personalidad fuerte y explosiva de Natalia no es por casualidad ni un personaje, es real.
El famoso comercial que Natalia protagoniza caminando por la calle junto a chicos adolescentes y que significó el punto de partida de la vida actoral de Natalia no fue por casualidad, ella vio un anuncio en el diario y pidió para ir al casting, su madre lo desestimó como algo al pasar que puede decir un niño, pero su padre le dijo «el lunes te llevo». Ese pequeño detalle también nos debe enseñar a los padres a escuchar a nuestros hijos y ayudarlos a cumplir sus sueños.
Sin lugar a dudas una de las partes más emocionantes del documental es cuando vemos a Natalia caminando por las calles del cerro y llegando hasta la casa de sus abuelos, donde luego de volver de un fallido paso familiar por españa tuvieron que vivir todos juntos. Como todo aquel que regresa a la casa donde vivió su infancia la emoción y los recuerdos son difíciles de contener y para Natalia no fue la excepción.
Su vida en Argentina
Argentina siempre recogió y maximizó a los grandes talentos uruguayos, no es que en el Uruguay no puedan triunfar, claro que se puede, pero las luces del espectáculo de Argentina son únicas y pocos países en el mundo las tienen. Natalia se fue a Buenos Aires a vivir a una pensión y a seguir el camino que sus padres le enseñaron, el camino de la lucha, del trabajo, el de arriesgar todo y Argentina le dio su lugar y la acogió como una más.
La vida de Natalia en Argentina daría para que hiciera otro documental, creo que podemos decir que Natalia hizo todo lo que se propuso en la vecina orilla. El éxito lleva a que mucha gente en Argentina piense que ella es nacida ahi, y esta bien que así sea, por estos lados hay gente que se molesta aclarando continuamente que Natalia es Uruguaya, pero yo no creo que los ocho kilómetros de río de la plata que nos separan en su parte más ancha sean tantos como para separar lo que alguna vez y no hace muchos años, fue uno solo. Natalia es rioplatense, y con todas las letras, tiene todo en lo que un Uruguayo y un Argentino se puede identificar, no importa donde nació para la cédula.

Su vida privada
El documental nos muestra un poco de su vida privada con Ricardo y Atahualpa, algo que quizás para mi es nuevo ya que jamás me puse a buscar mucho. Claro que sabía que estaba casada con Ricardo, claro que tengo muy claro quién es Ricardo y claro que supe que le puso Atahualpa Merlin a su primer hijo.
Hay momentos de soledad de natalia luego de terminar cada show donde vemos el dolor de una madre que extraña a su hijo y la alegría de volver a verlo en una escena que ninguna película puede igualar.

El magnetismo ruso
Como si todo lo anterior fuera poco, el documental nos muestra una Rusia increible. Una Rusia fría, blanca o gris, pero que desborda de calor y alegría inimaginable. Antes de ver el documental recuerdo que en el mundial de Rusia muchos medios del río de la plata hacían preguntas a los ciudadanos rusos para ver a quien conocían de estos márgenes y todos conocían a Natalia Oreiro, algo insólito, pero por más que tenía ese recuerdo al momento de ver el documental, jamás imagine lo que vi.
Una de las cosas que más me llamó la atención fue como el país más grande del mundo tiene ciudades muy alejadas donde los artistas mundiales no van. Natalia fue y en agradecimiento se podía ver gente esperándola sin importar la hora o el frío y muy diferente a otros artistas Natalia les devolvió el amor parando para hablar con ellos, aceptando todo regalo que le hicieran y sacandose cientos de fotos.
Se podía ver cómo la emoción y la sorpresa no era solo de los fans que las esperaban en cualquier lugar, Natalia los hacía partícipe como si en realidad ella fuera la fans de ellos. En muchas partes se podían ver chicas que se vestían igual que los personajes o los videoclips de sus canciones. Los estadios llenos coreaban sus canciones en español, ¡Rusos hablando español!
No se puede dejar pasar el hecho de que en muchas partes del documental se ve el tren transiberiano, salvo que seas ruso no muchos tienen el placer de poder utilizarlo. El tren recorre 9288 km por los paisajes más increíbles que se puedan imaginar. Mire muchos documentales imaginando cómo sería viajar en él, Natalia sumó un poco más mis ganas de conocerlo.
La verdad es que todas esas demostraciones de cariño y devoción de toda la gente para con Natalia en un momento del documental me hizo dar cuenta que me sentía orgulloso, como si me sintiera partícipe de su éxito. Ver las banderas de Uruguay y Argentina flameando en las manos de personas al otro lado del mundo realmente me hinchó el pecho y reafirmo lo que decía más arriba, Natalia es la mejor representante de dos naciones que comparten un río, una forma de sentir y de vivir.
En resumen, me encantó ver este documental y no me tiembla el teclado para decir que me emociono.
