Hace unos años de camino a conocer el puente de la laguna Garzón en el kilómetro 177 de la ruta 10 pude ver un edificio de tres plantas abandonado. Por motivos diversos esa vez no pudimos parar pero lo busqué en google maps y me encontré con que mucha gente pasa a conocerlo y sacarle fotos. Este fin de semana las condiciones se dieron para poder pasar a conocerlo y fue una gran experiencia.
El edificio fue construido con la finalidad de ser un hotel, y así funcionó por algunos años. Lamentablemente no contamos con la información de cuando se construyó y de cuando se abandonó. Su nombre fue Hotel Santa Mónica, contaba con 12 habitaciones, una piscina, y muy lindas vistas tanto para la laguna como al océano atlántico.
Muchas veces el conocimiento de ciertos hechos pueden alterar la percepción de las cosas, en mi caso fui al ex hotel Santa Monica solo con la idea de documentar el edificio, recorrerlo, tomar algunas fotos y no mucho más. Luego de irme del lugar totalmente satisfecho con lo visto, me puse a buscar información sobre el edificio y me encontré con que hay algunas historias fantásticas sobre el mismo.
El suicidio y los ruidos.
Según cuenta una crónica de Montevideo Portal, previo a la culminación del edificio y su posterior inauguración, la esposa de quien era el dueño del terreno y del hotel en construcción se suicidó por causa de la comprobación de que su marido le había sido infiel. Luego del suicidio según dice la crónica, los trabajadores que construían dicho edificio empezaron a sentir ruidos extraños. Una vez culminado el hotel y en pleno funcionamiento, quienes sintieron esos ruidos fueron los clientes del hotel que según comentaron podían escuchar un lamento por las noches y ruido de pasos en las escaleras de madera exteriores.
Desde el tercer piso se pueden ver las dunas y el océano atlántico.
Sensaciones y conclusiones
Cuando grabamos el video desconocíamos totalmente esta historia por lo que nuestra mente no fue contaminada (en el buen sentido) por estos relatos y la realidad es que no sentimos absolutamente nada extraño. Ni ruidos, ni lamentos, ni alguna energía fuerte que muchas veces algunos lugares abandonados tienen. Quizás el ambiente de vacaciones en el cual estábamos sumergidos ayudó. Si sentí al ver el edificio ganas de repararlo, se nota que fue muy lindo en su momento (me gustaría ver una foto) y a pesar de que hoy se encuentra totalmente vandalizado todavía muestra una hermosa cara con vestigios de esplendor.
Urbex no es romper.
Hablando de vandalismo, no entiendo la gente que acude a estos lugares para romperlos y robarlos, otros lo usan como baño y hasta segun decia la cronica tambien se utilizo para fiestas sexuales.
Desde mi punto de vista cuando uno entra en estos lugares no tiene que tocar absolutamente nada, solo mirar y dejar todo tal cual para que otro que venga atrás pueda ver lo mismo sin alteraciones. El único que debería poder alterar los elementos es el paso del tiempo. Muchos van a grafitear y en algunos casos cuando el arte es bueno realza mucho el ambiente, pero los que dejan leyendas, insultos, su firma, no los entiendo.
Cuidado ante todo
Como podrán ver en el video, no entre en las habitaciones, las filme desde afuera. Para hacer estas adentraciones hay que estar preparado, y yo no lo estaba. Siendo el único que podía manejar era inadmisible que me pasara algo y quedar varados. Quizás en otra oportunidad regrese y me adentre bastante más (en especial en el sótano).
Espero que les guste la mini historia y puedan pasar a conocer este pequeño hotel frente al océano atlántico.
Mapa: