Varias veces cuando buscamos en Google Maps lugares para ir o de camino a minas siempre nos llamó la atención un lugar llamado Pueblo Eden. Carolina varias veces me dijo para ir pero no fue hasta luego de hacer la ruta 81 y quedar maravillado con las vistas que decidí ir a conocer Pueblo Eden.
Hay dos formas de llegar al pueblo, ambas por Ruta 12 pero una es desde Minas y la otra desde la Ruta 9, nosotros tomamos esta última y si bien la ruta no se encuentra en muy buenas condiciones las vistas compensan el mal estado y hacen muy agradable el camino. Obviamente no se comparan con las vistas de la ruta 81 o 60 pero la 12 tiene su encanto.
El primer acercamiento con el pueblo fue por medio de Google Maps y lo primero que me llamó la atención fue que si bien era un pueblo muy chico y con pocas casas estaba lleno de lugares para comer, un poco en broma un poco en serio parecen tener más negocios que casas particulares.
Mientras estábamos disfrutando de las vistas de las sierras a lo lejos y el verde del campo llegamos al puente de entrada al pueblo por donde cruza un pequeño arroyo (El Pintado), en ambas márgenes hay un pequeño sector con sillas y parrilleros. Si bien no paramos vimos gente utilizándolos y nos pareció un lugar excelente para pasar una linda tarde de verano haciendo un asado junto con un lindo baño en el arroyo.
Como en la inmensa mayoría (por no decir todos) de pueblos del interior del país lo primero que se destaca es su total limpieza. No se ve absolutamente nada de mugre en todo el pueblo. También me llamó la atención la cantidad de autos estacionados y circulando en un pueblo tan chico. La razón es lo que comentaba más arriba, hay muchos lugares donde ir a comer y puede pasar que en el frente de una casa estén estacionados 10 o 15 autos.
En el centro del pueblo geométricamente bien ubicada se encuentra la plaza principal. Una plaza muy sobria pero por sobre todo muy verde, para quienes buscan sombra hay una gran variedad de árboles y para aquellos que buscan sol a pleno pueden echarse en el pasto, tanto a la sombra como al sol lo que jamas faltara es la paz, salvo por algun auto que justo pase en Pueblo Edén casi no hay ruido, la paz y la tranquilidad reinan por donde uno camine.
En uno de los márgenes frente a la plaza se puede ver un pequeño memorial que da las gracias al padre Antonio Paez, apenas a unos 30 metros cruzando la plaza se encuentra la escuela rural número 30, como fuimos un domingo no pudimos ver que tan concurrida es esta escuela pero a mi me trajo recuerdos de mi vieja escuela de Neptunia antes de que fuera ampliada.
Donde sí pudimos entrar fue en la Capilla San Isidro Labrador que se encuentra también frente a la plaza principal. Es pequeña pero muy linda, si bien se que no es igual me hizo acordar a la iglesia de una escena del videoclip de los Guns n Roses, November Rain, cuando Slash sale para hacer el solo de guitarra. Volviendo a la paz y tranquilidad de Pueblo Edén, la iglesia está en un gran predio verde casi sin árboles por lo que sobresale mucho a pesar de ser bastante pequeña. También sobresale el nido de hornero que está en la base de la cruz.
Entre las muchas opciones gastronómicas del pueblo queríamos ir a La casita de Chocolate ya que vimos que tenía una carta muy atractiva pero resulta que solo se puede ir con una reserva anticipada, entonces si bien fuimos hasta la puerta no pudimos entrar. Como teníamos hambre buscamos otro lugar y terminamos en Espacio Pausa. Caímos en este sitio porque vimos que había muchos autos en la puerta y bastante gente dentro por lo que dijimos, si hay gente hay salida, vamos ahí.
Compramos empanadas, pasta frola, arrollado de dulce de leche con chocolate y pastelito de membrillo, todo para llevar ya que queríamos seguir recorriendo aunque el lugar invitaba a quedarse. Cabe aclarar que los precios no son desorbitantes pero tampoco muy baratos, digamos que accesibles para ir una vez de visita y pasar una linda tarde pero no para ir seguido.
Dimos varias vueltas en el auto a velocidad baja (20/25) para conocer bien el pueblo y vimos como los locales viven una vida muy tranquila. Hay bastante espacio y muchas parcelas se encuentran a la venta, según pudimos averiguar el precio es muy alto, pero quien busque tranquilidad y un pueblo con mucho futuro puede encontrar un lugar muy lindo.
Estuvimos alrededor de tres horas en el pueblo, llegamos sobre las 15:00 y yo quería volver por la ruta 60 camino a Piriápolis para ver el atardecer por lo que sobre las 18:00 nos fuimos. Como llegamos tarde y como no pudimos ir a la casita de chocolate en algún otro momento vamos a volver y hasta quizás hagamos algo en los parrilleros de la entrada.
